terreno de lo público –asunto que no se puede soslayar por tratarse de dos protagonistas quecomparten matrimonio y gobiernan la Argentina- es aquella que muestra que resulta ineludible pensaren la necesidad que tiene la Presidenta de mostrar fuerte a uno de sus hombres más fuertes. ¿Es entonces la frase presidencial un reconocimiento explícito respecto de la relevancia queNéstor Kirchner tiene en cada decisión que se toma en la Casa Rosada aunque él no la pisa desde quedejó de ser Presidente? Quizá. Pues para todos aquellos que utilizaban la figura "el que manda esél" para denostar las decisiones presidenciales malas noticias, ha dejado esa de ser una chicanapara azuzar a la Presidenta después de su sinceramiento. Además, puede parecer tendencioso, pero los hombres que gobiernan deben estar saludables yparecerlo. Puede parecer también una verdad de perogrullo pero difícilmente encontremos algúndirigente político que no desee con fervor parecer saludable en cada paso que da en su vidapública. Desde la oposición parecieran hacer leña del árbol caído. La que pasó fue una semana en laque arreciaron las malas nuevas para los habitantes de Olivos. Dos funcionarios de la era K dealtísimo rango fueron citados por la justicia para declarar en una causa de presuntas dádivasincompatibles con la función pública –son Ricardo Jaime, ex secretario de Transporte y su sucesorJuan Pablo Schiavi-; también arreciaron denuncias vinculadas a causas en las que los opositorespiden que se siga investigando el patrimonio del matrimonio y las críticas se endurecieronfervorosamente. Carlos Reutemann salió con los tapones de punta a rogar que cuando los Kirchner se vayan almenos no se hayan "afanado la Plaza de Mayo". El senador demostró una vez más que las sutilezas selas dejó olvidadas en alguna plantación de soja santafecina. A defender salió Hugo Moyano quientambién aprovechó los micrófonos –vaya uno a saber detrás de que fin- para diferenciarse delgobierno que asegura, en voz del ministro Amado Boudou, que la inflación no es tal cosa sino unsimple "reacomodamiento de precios". Un eufemismo que más bien parece una humorada. Hasta el ultradefensor del gobierno Luis D'Elía aseguró que "si Kirchner sigue esta línea, se va a equivocar" yvaticinó a "miles de tipos en la calle si esto no cambia". Toda una novedad en el terreno de loscríticos K. Y todo esto pasó ¡mientras Néstor estaba internado! Sin él en escena los guapos, hasta losotrora más fieles, perecieran perderle aún más el respeto... Como para que Cristina no deseefervorosamente que haya Kirchner para rato.