Pues bien. Luego de dos años y medio de gestión, Celso Jaque está terminando de encontrarlela vuelta al asunto. Recién ahora pareciera estar sincronizando su cronograma de obras (de las que se ha jactadosiempre), con la debida difusión pública. O sea, su equipo de gestión, además de poner huevos, estáaprendiendo a cacarear como la gente. Perdón, a cacarear como aves ponedoras. Recién ahora, también, da la impresión de haber templado el carácter. Antes, cualquier pataleo sectorial, por nimio que fuese, hacía recular fuertemente alGobierno. Hoy se afirma en algunas de sus principales convicciones. Como las explotaciones mineras. Antes, por terquedad o desconfianza, o por escasa autoestima, se arrebujaba en sus propiasiniciativas. Hoy, Jaque cayó en la cuenta de que es práctico abrir el juego e involucrar a losdemás (sean peronistas u opositores) en ciertas políticas que trascienden la coyuntura. De esta manera podrá, si hace las cosas bien, proponer reformas institucionales, como lasreferidas a la Constitución u Obras Sanitarias; podrá acordar sobre el pliego del nuevo fiscal deEstado o sobre la vacante en la Corte; podrá mejorarles la vida a los intendentes, entre otrosítems de la agenda oficial. Ha carreteado largo y fatigosamente desde que asumió. Pero recién ahora Jaque siente bullir el aire bajo sus pies. Siente que está emprendiendovuelo.
¿Vuelo de cóndor o de perdiz? Lo que más ha ayudado en estos días a mejorar el ánimo del gobernador ha sido el plan queanunció el Gobierno de la Nación para aliviar las deudas provinciales. Jaque recibió la buena nueva como el pueblo elegido recibía el maná en el desierto. Con ese regalo del cielo K, Jaque piensa que mata varios pájaros de un solo tiro. En primerlugar, alivia la situación financiera de la Provincia. Segundo y principal, alivia la críticageneralizada sobre el extremo centralismo de la actual administración kirchnerista, al cual élsirve con gran devoción. En otras palabras, se ve con más platita en el bolsillo para el resto del año y se consideraalgo más legitimado en su fidelidad extrema al modelo pingüino. Esta situación hace que se sienta etéreo y entre las nubes, volando como un jinete espacial,un domador de dragones. Un héroe al fin. Perfecto. Llega el momento de formular la inevitable pregunta: ¿qué clase de vuelo haemprendido Jaque? ¿Es para seguirse elevando, majestuoso y dominante, como el Cóndor de los Andes,tal la cual le enseñara su lejano maestro, Pilo Bordón? ¿O está aleteando cortito y aparatosamente,sólo por extrema necesidad, como hace la perdiz? Como la perdiz, que es la presa preferida de loscazadores...
Jineteando las nubes Por lo visto en estos días, la trayectoria de Jaque apunta hacia arriba. Con algunosaltibajos, que hacen temer por el vigor de su impulso. El tema minero es paradigmático. Desde hace años se encuentra en un limbo porque lossucesivos gobiernos no han querido meterse en camisa de once varas. Digamos, como la actividad genera polémica y la sociedad exige respuestas muy claras yfirmes, prefirieron mirar para otro lado. Julio Cobos, el hombre light, se lavó las manos durante la gestión anterior. Jaque, durantedos años, hizo lo mismo. Hasta que, en la reciente Asamblea Legislativa, fue fiel a sus convicciones y sinceró suvoluntad de ir hacia adelante. Muy pocas horas después dio señales ambiguas.
¿Volvían las posiciones timoratas de siempre? No. Fue un malentendido. El Gobierno adoptó una línea: apoyará las inversiones y losproyectos en danza, pero respetando a rajatabla la estricta ley vigente. El mensaje les ha sido transmitido a los funcionarios respectivos, en especial al ministro deObras Públicas, Paco Pérez, y al secretario de Ambiente, Guillermo Carmona. Puede gustar o no esta decisión. Pero marca la cancha. Lo cual es, ya, un gran avance. Hasta ahora, Jaque había venido sucumbiendo, como mandatario, envuelto en la anfibología. Sehabía desdibujado dentro de su propia nube. Hoy, el domador de dragones está por encima. No se enreda en las nubes. Las cabalga. Que le dure.
Morir de pingüinitis La peor pesadilla de Jaque no sería volar como el cóndor o la perdiz, sino como el pingüino,al que tanto ama. Porque el pingüino no vuela. Es la única ave que no vuela, sino que utiliza sus alas parabucear. Para que ello no le ocurra, el gobernador debería esforzarse por mejorar su posición respectodel Gobierno nacional. ¿Cómo sería eso? Demostrando que es un aliado de Kirchner, un socio, tal vez, pero no unservidor incondicional, un mandadero. Es lo que ha hecho el sanjuanino José Luis Gioja, con excelentes resultados personales. La cuestión de los dineros que la Nación adeuda y niega a las provincias es una oportunidadpara demostrar, aquí también, algo de carácter. Porque, en general, los gobernadores afines alPoder Ejecutivo Nacional agradecen la refinanciación de sus deudas, pero no se han tirado a besarlos pies de la Presidenta ni a hacer carantoñas almibaradas en la alfombra roja. Quieren más. Los gobernadores son pragmáticos y no suelen contentarse con espejitos de colores, pese a quehoy se muestran sumisos como nunca antes en la historia. Piden más, en primer lugar porque saben que, en el fondo, el plan para ayudar a lasprovincias a quien más beneficia es a la Nación. Ésta ofrece dinero de los ATN, que igual sonpropiedad provincial, y, al mismo tiempo, se abstiene de girar fondos del PAF (Programa deAsistencia Financiera) por varios miles de millones de pesos. De paso, la Nación evade la presión por los fondos del Impuesto al Cheque y distrae a lasprovincias con la discusión de una nueva coparticipación. Las provincias, hoy, son tontas. Pero no tanto. Sigue en pie, entre ellas, la idea de reclamar un reparto más generoso de los excedentes dela recaudación. El gobernador salteño, Juan Manuel Urtubey, es el mentor de la iniciativa. No está claro si Jaque está a la vanguardia del reclamo o en la cola. Cuanto más transparente se muestre, mejor. Ayudará a su imagen renovada y a despejar losreclamos que pergeñan las intendencias: aquellas que no tienen deuda con la Nación o con laProvincia, sino con organismos internacionales, se quedan sin el maná. Tirarán de la manga. Nadie quiere perderse la fiesta. Un nuevo desafío para el domador de dragones y otras fieras.