Cartas a Tucumán

Por UNO

Del Suplemento 195 años de Independencia (Diario UNO de Mendoza)

Las cartas fueron, hasta inicios del siglo XX, el modo de comunicación que superaba distancias. Como tales, son documentos fascinantes porque nos permiten conocer no sólo lo que las personas decían sino también su modo de pensar, sentir, creer...

El epistolario de José de San Martín es vasto, aunque pocas cartas fueron escritas por su puño y letra: él las firmaba, pero le fueron dictadas a su secretario escribiente. Igualmente, transmiten su ideario, y parte de la novela que se tejía entorno al congreso y que ocurría mientras en Mendoza puede descubrirse en la comunicación que mantuvieron el Libertador y su gran amigo y diputado mendocino, Tomás de Godoy Cruz, que estaba en Tucumán.

Entre esas cartas sin duda resalta aquella en la que el militar exige la declaración de la independencia, que considera clave para validar la gesta que tenía pensada para liberar primero Chile y luego el Perú.

24 de enero de 1816

Señor don Tomás Godoy.

Mi amigo y querido paisano:Tengo presente su apreciable del 10. Si los esfuerzos acordados en Buenos Aires para el Perú llegan a tiempo, la desgracia puede repararse habiendo juicio. Pezuela es sumamente retobado y necesita el que Rondeau lo pulsee mucho; la guerra de zapa (es decir) la guerra de seducción debe emplearse antes de tocar los extremos de una batalla, y en el caso forzoso de ésta, proporcionar el terreno en términos que nuestra caballería tenga toda la ventaja de que es susceptible.

Veo que sus reflexiones sobre Chile son exactas, pero ¿qué emprende usted con sólo 1.500 veteranos que tengo? No hay duda que están en un pie sobresaliente, pero si aventuramos esta fuerza ¿qué es de la provincia? Yo pienso aumentaría con 1.000 hombres y creo lo conseguiré en breve.

Ya escribí a usted el correo pasado, nada tengo que añadir a éste sobre Mendoza, todo está bueno a pesar de que los ánimos se abatieron con las primeras noticias, pero se van reanimando a fuerza de trabajo.

¿Cuándo se juntan y dan principio a sus sesiones? Yo estoy con el mayor cuidado sobre el resultado del congreso y con mucho más si no hay una unión íntima de opinión.

Los enemigos están todos reunidos en Aconcagua, y según noticias recibidas ayer, haciendo aprestos para pasar; Dios lo haga, pues tal vez de este modo tomaremos a Chile.

Dígame usted algo sobre los diputados llegados, ábrame su opinión sobre los resultados que espera de esa reunión, pues esto me interesa más que todo, como que está ligado el bien general.

Dé usted un millón de afectos al padre Oro, Laprida y Maza, y es muy su amigo Q.B.S.M.

José de San Martín. 

24 de enero de 1816

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo y paisano apreciable:Las dos de 29 de enero y 11 de febrero las recibí juntas el correo pasado, ellas me manifiestan el odio cordial con que me favorecen los diputados de Buenos Aires; la continuación hace maestros, así es que mi corazón se va encalleciendo a los tiros de la maledicencia, y para ser insensible a ellos me he aferrado con aquella sabia máxima de Epicteto: “Si l’on dit mal de toi et qu’il sois véritable, corrige-toi: si ce sont des mensonges, ris en”. En fin mi amigo, nada siento los tiros disparados contra mí, sino que la continuación hacen aburrir a los hombres más estoicos.

Me muero cada vez que oigo hablar de federación. ¿No sería más conveniente trasplantar la capital a otro punto, cortando por este medio las justas quejas de las provincias?0 ¡Pero federación! ¿Y puede verificarse? Si en un gobierno constituido y en un país ilustrado, poblado, artista, agricultor y comerciante se han tocado en la última guerra contra los ingleses (hablo de los americanos del Norte) las dificultades de una federación, ¿qué será de nosotros que carecemos de aquellas ventajas? Amigo mío, si con todas las provincias y sus recursos somos débiles ¿qué no sucederá aisladas cada una de ellas? Agregue usted a esto las rivalidades de vecindad, los intereses encontrados de todas ellas, y concluirá usted, que todo se volverá una leonera cuyo tercero en discordia será el enemigo.

Nada particular de Chile, excepto la variación de plan del enemigo, él se había propuesto atacarnos persuadido de la salida de las tropas de ésta para el Perú, como se lo había hecho entender, pero un maldito chileno se me pasó al enemigo y me trastornó todo el plan.

Seguimos en ésta con una tranquilidad octaviana y lo mismo en el resto de la provincia...

Adiós, mi amigo apreciable, dé usted mis afectos a todos los compañeros y sea usted tan feliz como lo desea su invariable

José de San Martín.

12 de marzo de 1816

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo muy apreciable:Su comunicación del 24 del pasado llegó a mis manos y fue tanto más satisfactoria, cuanto me anuncia la reunión próxima del congreso, de él esperamos las mejoras que nos son necesarias, y si éste no lo hace, podemos resolvernos a hacer la guerra de gaucho.

Se me acaba de avisar que el correo de ésa sale a las doce, cuando creía no lo hacía hasta mañana, así es que se lo escribo a usted.

En el caso de nombrar quién deba remplazar a Rondeau, yo me decido por Belgrano, éste es el más metódico de los que conozco en nuestra América, lleno de integridad y talento natural; no tendrá los conocimientos de un Moreau o Bonaparte en punto a milicia, pero créame usted que es lo mejor que tenemos en la América del Sur...

José de San Martín

16 de abril de 1816

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo el más apreciable:Por la Patria reclamo toda su indulgencia a mi inexactitud en contestar a sus cartas, pero crea usted que mi amistad en este punto no tiene la menor parte y sí mis ocupaciones. Usted bien sabe que sobre un asunto del mayor interés tengo que atender a la demanda del marido… c. y a la del esclavo que le pegaron un pescozón, etc., etc.

Más que mil victorias he celebrado la mil veces feliz unión de Güemes con Rondeau. Así es que la demostración es ésta sobre tan feliz incidente se han celebrado con una salva de veinte cañonazos, iluminación, repiques y otras mil cosas.

¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia! ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y la cucarda nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependernos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender cuando estamos a pupilo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté usted seguro que nadie nos auxiliará en tal situación, y por otra parte el sistema ganaría un 50 por ciento con tal paso. Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas. Veamos claros, mi amigo, si no se hace el congreso es nulo en todas sus partes, porque resumiendo éste la soberanía, es una usurpación que se hace al que se cree verdadera, es decir, a Fernandito.

Por lo que veo, Chile no se toma el año entrante, pues para ello se necesita trabajar en los aprestos todo el invierno y no noto se dé principio. Nada por ésta de particular...

Adiós mi buen amigo, sea usted tan feliz como lo desea su

José de San Martín 

19 de mayo de 1816

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo: Con ésta remito un extraordinario para Pueyrredón: todo su objeto es tener con él una entrevista para arreglar el plan que debemos seguir; el tiempo es corto, hay mucho que hacer y las distancias son largas; en tres correos se pasa el invierno y hétele que llega el verano, nada se hace, los enemigos nos frotan y la comedia se acabó a capazos.

Desengáñense ustedes, ese ejército para poder obrar como corresponde necesita por lo menos un año para organizarse, esto es con todos los esfuerzos del gobierno, por consiguiente todo este tiempo le damos al enemigo para que nos hostilice y nos acabe; en esta inteligencia es preciso no dejarlo respirar, y que extendamos nuestras miras a un horizonte dilatado.

Buenos Aires debe ser el centro de los recursos para este ejército: hay que hacer veinte mil pedidos para él y el aumento de reclutas que se está haciendo; tiénese por precisión que hacerse al director que reside en ésa, éste al jefe que está en Buenos Aires, este jefe duda o no lo tiene; contesta, y aquí tiene usted que en un par de contestaciones el tiempo pasa y este ejército se disuelve; ya dije a usted que necesitamos pensar en grande, si no lo hacemos nosotros tendremos la culpa.

En fin, se me concede el que a ésa hablaremos: yo hago estos esfuerzos sólo por el bien general, en todo tiempo me quedará el consuelo de haber obrado bien. Ya dije a usted en mi anterior que Chile es nuestro como se haga un pequeño esfuerzo: éste país nos proporciona la toma del Perú, sin aquel todos los esfuerzos serán imaginarios: el tiempo por testigo.

Memorias a los amigos y se repite suyo su

José de San Martín.

24 de mayo de 1816

Señor don Tomás Godoy Cruz,

Mi amigo y paisano:Tengo a la vista la de usted del 12 y en su consecuencia he prevenido a Bargas, el desarreglo en que se hallan los correos a ésa; éste ha quedado en remediarlo, pero para esto es necesario que se establezca posta de La Rioja a Catamarca y de ésta a Tucumán, que no la hay.

Veo lo que usted me dice sobre que el punto de la independencia no es soplar y hacer botellas, yo respondo a usted que mil veces me parece más fácil hacerla que el que haya un solo americano que haga una sola.

Ya sabe usted que de muy poco entiendo, pero de política menos que nada, pero como escribo a un amigo de toda mi confianza me aventuraré a esparcir un poco de erudición gabinetina; cuidado, que yo no escribo nada más que para mi amigo.

Si yo fuese diputado me aventuraría a hacer al congreso las siguientes observaciones, para el efecto haría mi introducción de este modo, propio de mis verdaderos sentimientos.

Soberano señor: Un americano republicano por principios e inclinación, pero que sacrifica éstas mismas por el bien de su suelo hace al congreso presente:

1º - Los americanos de las Provincias Unidas no han tenido otro objeto en su evolución que la emancipación del mando del fierro español, y pertenecer a una nación.

2º - ¿Podremos constituirnos República sin una oposición formal de Brasil (pues a la verdad no es muy buena vecina para un país monárquico) sin artes, ciencias, agricultura, población, y con una extensión de tierra que con más propiedad puede llamarse desierto?

3º - ¿Si por la maldita educación recibida no repugna a mucha parte de los patriotas un sistema de gobierno puramente popular, persuadiéndose tiene éste una tendencia a destruir nuestra religión?

4º- ¿Si en el fermento horrendo de pasiones existentes, choque de partidos indestructibles, y mezquinas rivalidades no solamente provinciales sino de pueblo a pueblo, podemos constituirnos nación?

5º - ¿Si los medios violentos a que es preciso recurrir para salvarnos tendrán o no los resultados que se proponen los buenos americanos, y si se podrán o no realizar, contrastando el egoísmo de los pudientes?

Seis años contamos de revolución y los enemigos victoriosos por todos lados nos oprimen: falta de jefes militares, y nuestra desunión son las causales! Y se podrán remediar!

Puede demostrarse que no podemos hacer una guerra de orden, por más tiempo que el de dos años, por falta de numerario y si sigue la contienda, no nos resta otro arbitrio que recurrir a la guerra de montonera y en este caso sería hacérnosla a nosotros mismos.

Ya está decidido el problema de la Inglaterra, nada hay que esperar de ella.

Ahora bien, ¿cuál es el medio de salvarnos? Yo lo sé, pero el congreso lo aplicará como tan interesado en el bien de estos pueblos; resta saber, que si los tales medios no se toman en todo este año no encuentro (según mi tosca política) remedio alguno. Se acabó.

Mucho me ha tranquilizado lo que usted me dice acerca de la probabilidad de la unión del Paraguay y de la Banda Oriental. Dios lo haga, pero yo apostaría un brazo que no se verifica y aseguro a usted por mi honor, que me alegraría perderlo: el tiempo por testigo. Ya no creo necesaria mi ida a ésa en razón de que Pueyrredón me escribe me entienda con el director interino en un todo, en el entretanto él regresa. Yo lo celebro mucho pues mi mala salud habría padecido mucho con tal viaje.

He vuelto a emprender la construcción del campo de instrucción y voy a extenderlo para tres tantos más que el ya construido: sin este arbitrio no habrá soldados.

Sigue la intranquilidad por ésta, pero el numerario me apura mucho...

José de San Martín.  

16 de julio de 1816

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo apreciable:El 9 llegamos a ésta (Córdoba), es decir en compañía de Cruz, Vargas y Vera; nuestro viaje bien penoso por los fríos excesivos.

Es increíble lo mortificado que estoy con la demora del director (se refiere a Pueyrredón): la primavera se aproxima y no alcanza el tiempo para lo que hay que hacer.

Ha dado el congreso el golpe magistral con la declaración de la INDEPENDENCIA; sólo hubiera deseado que al mismo tiempo hubiera hecho una pequeña exposición de los justos motivos que tenemos los americanos para tal proceder; esto nos conciliaría y ganaría muchos afectos en Europa.

En el momento que el director me despache, volaré a mí ínsula cuyana: la maldita suerte no ha querido el que yo me hallare en mi pueblo para el día de la celebración de la independencia, crea usted que hubiera echado la casa por la ventana.

Muchas cosas a los compañeros y el afecto y amistad de éste su mejor amigo.

José de San Martín.  

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo el más apreciable:Por la Patria reclamo toda su indulgencia

a mi inexactitud en contestar

a sus cartas, pero crea usted

que mi amistad en este punto no

tiene la menor parte y sí mis ocupaciones.

Usted bien sabe que sobre un

asunto del mayor interés tengo que

atender a la demanda del marido…

c. y a la del esclavo que le pegaron un

pescozón, etc., etc.

Más que mil victorias he celebrado

la mil veces feliz unión de Güemes

con Rondeau. Así es que la demostración

es ésta sobre tan feliz

incidente se han celebrado con una

salva de veinte cañonazos, iluminación,

repiques y otras mil cosas.

¡Hasta cuándo esperamos declarar

nuestra independencia! ¿No le

parece a usted una cosa bien ridícula,

acuñar moneda, tener el pabellón

y la cucarda nacional, y por último

hacer la guerra al soberano de quien

en el día se cree dependernos? ¿Qué

nos falta más que decirlo? Por otra

parte, ¿qué relaciones podremos

emprender cuando estamos a pupilo?

Los enemigos (y con mucha razón)

nos tratan de insurgentes, pues

nos declaramos vasallos. Esté usted

seguro que nadie nos auxiliará en tal

situación, y por otra parte el sistema

ganaría un 50 por ciento con tal paso.

Ánimo, que para los hombres de coraje

se han hecho las empresas. Veamos

claros, mi amigo, si no se hace

el congreso es nulo en todas sus partes,

porque resumiendo éste la soberanía,

es una usurpación que se hace

al que se cree verdadera, es decir, a

Fernandito.

Por lo que veo, Chile no se toma

el año entrante, pues para ello se necesita

trabajar en los aprestos todo

el invierno y no noto se dé principio.

Nada por ésta de particular...

Adiós mi buen amigo, sea usted

tan feliz como lo desea su

José de San Martín

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo:

Con ésta remito un extraordinario

para Pueyrredón: todo su objeto

es tener con él una entrevista para

arreglar el plan que debemos seguir;

el tiempo es corto, hay mucho que

hacer y las distancias son largas; en

tres correos se pasa el invierno y hétele

que llega el verano, nada se hace,

los enemigos nos frotan y la comedia

se acabó a capazos.

Desengáñense ustedes, ese ejército

para poder obrar como corresponde

necesita por lo menos un año

para organizarse, esto es con todos

los esfuerzos del gobierno, por consiguientetodo este tiempo le damos

al enemigo para que nos hostilice y

nos acabe; en esta inteligencia es

preciso no dejarlo respirar, y que extendamos

nuestras miras a un horizonte

dilatado.

Buenos Aires debe ser el centro de

los recursos para este ejército: hay

que hacer veinte mil pedidos para él

y el aumento de reclutas que se está

haciendo; tiénese por precisión que

hacerse al director que reside en ésa,

éste al jefe que está en Buenos Aires,

este jefe duda o no lo tiene; contesta,

y aquí tiene usted que en un par de

contestaciones el tiempo pasa y este

ejército se disuelve; ya dije a usted

que necesitamos pensar en grande,

si no lo hacemos nosotros tendremos

la culpa.

En fin, se me concede el que a ésa

hablaremos: yo hago estos esfuerzos

sólo por el bien general, en todo

tiempo me quedará el consuelo de

haber obrado bien.

Ya dije a usted en mi anterior que

Chile es nuestro como se haga un pequeño

esfuerzo: éste país nos proporciona

la toma del Perú, sin aquel

todos los esfuerzos serán imaginarios:

el tiempo por testigo.

Memorias a los amigos y se repite

suyo su

José de San Martín.

Señor don Tomás Godoy Cruz,

Mi amigo y paisano:

Tengo a la vista la de usted del 12

y en su consecuencia he prevenido a

Bargas, el desarreglo en que se hallan

los correos a ésa; éste ha quedado en

remediarlo, pero para esto es necesario

que se establezca posta de La

Rioja a Catamarca y de ésta a Tucumán,

que no la hay.

Veo lo que usted me dice sobre

que el punto de la independencia no

es soplar y hacer botellas, yo respondo

a usted que mil veces me parece

más fácil hacerla que el que haya un

solo americano que haga una sola.

Ya sabe usted que de muy poco

entiendo, pero de política menos que

nada, pero como escribo a un amigo

de toda mi confianza me aventuraré

a esparcir un poco de erudición gabinetina;

cuidado, que yo no escribo

nada más que para mi amigo.

Si yo fuese diputado me aventuraría

a hacer al congreso las siguientes

observaciones, para el efecto haría

mi introducción de este modo,

propio de mis verdaderos sentimientos.

Soberano señor: Un americano

republicano por principios e inclinación,

pero que sacrifica éstas mismas

por el bien de su suelo hace al congreso

presente:

1º - Los americanos de las Provincias

Unidas no han tenido otro objeto

en su evolución que la emancipación

del mando del fierro español, y pertenecer

a una nación.

2º - ¿Podremos constituirnos República

sin una oposición formal de

Brasil (pues a la verdad no es muy

buena vecina para un país monárquico)

sin artes, ciencias, agricultura,

población, y con una extensión de

tierra que con más propiedad puede

llamarse desierto?

3º - ¿Si por la maldita educación

recibida no repugna a mucha parte

de los patriotas un sistema de gobierno

puramente popular, persuadiéndose

tiene éste una tendencia a destruir

nuestra religión?

4º- ¿Si en el fermento horrendo

de pasiones existentes, choque de

partidos indestructibles, y mezquinas

rivalidades no solamente provinciales

sino de pueblo a pueblo,

podemos constituirnos nación?

5º - ¿Si los medios violentos a que

es preciso recurrir para salvarnos

tendrán o no los resultados que se

proponen los buenos americanos, y

si se podrán o no realizar, contrastando

el egoísmo de los pudientes?

Seis años contamos de revolución

y los enemigos victoriosos por

todos lados nos oprimen: falta de

jefes militares, y nuestra desunión

son las causales! Y se podrán remediar!

Puede demostrarse que no podemos

hacer una guerra de orden, por

más tiempo que el de dos años, por

falta de numerario y si sigue la contienda,

no nos resta otro arbitrio que

recurrir a la guerra de montonera y

en este caso sería hacérnosla a nosotros

mismos.

Ya está decidido el problema de

la Inglaterra, nada hay que esperar de

ella.

Ahora bien, ¿cuál es el medio de

salvarnos? Yo lo sé, pero el congreso

lo aplicará como tan interesado en el

bien de estos pueblos; resta saber,

que si los tales medios no se toman

en todo este año no encuentro (según

mi tosca política) remedio alguno.

Se acabó.

Mucho me ha tranquilizado lo

que usted me dice acerca de la probabilidad

de la unión del Paraguay y

de la Banda Oriental. Dios lo haga,

pero yo apostaría un brazo que no se

verifica y aseguro a usted por mi honor,

que me alegraría perderlo: el

tiempo por testigo. Ya no creo necesaria

mi ida a ésa en razón de que

Pueyrredón me escribe me entienda

con el director interino en un todo, en

el entretanto él regresa. Yo lo celebro

mucho pues mi mala salud habría

padecido mucho con tal viaje.

He vuelto a emprender la construcción

del campo de instrucción y

voy a extenderlo para tres tantos más

que el ya construido: sin este arbitrio

no habrá soldados.

Sigue la intranquilidad por ésta,

pero el numerario me apura mucho...

José de San Martín.

Señor don Tomás Godoy,

Mi amigo apreciable:

El 9 llegamos a ésta (Córdoba), es

decir en compañía de Cruz, Vargas y

Vera; nuestro viaje bien penoso por

los fríos excesivos.

Es increíble lo mortificado que estoy

con la demora del director (se refiere

a Pueyrredón): la primavera se

aproxima y no alcanza el tiempo para

lo que hay que hacer.

Ha dado el congreso el golpe magistral

con la declaración de la INDEPENDENCIA;

sólo hubiera deseado

que al mismo tiempo hubiera hecho

una pequeña exposición de los justos

motivos que tenemos los americanos

para tal proceder; esto nos conciliaría

y ganaría muchos afectos en Europa.

En el momento que el director me

despache, volaré a mí ínsula cuyana:

la maldita suerte no ha querido el que

yo me hallare en mi pueblo para el día

de la celebración de la independencia,

crea usted que hubiera echado la casa

por la ventana.

Muchas cosas a los compañeros y

el afecto y amistad de éste su mejor

amigo.

José de San Martín.