gran mérito el poner en negro sobre blanco tu versión de los años en que te tocó ser gobernador delos mendocinos. Ojalá todos los hombres públicos se comprometieran de ese modo, dando su versión delo que les tocó vivir. He leído con atención cada página y me he dedicado a verificar lo que se refiere a temasrelacionados con la empresa donde trabajo hace más de veinte años y a sus dueños. Nobleza obliga,para hacer honor a tu dedicatoria y ser honesto intelectualmente, creo que antes de que seapresentada la obra debo publicar los resultados de mis pesquisas. No expondré mis interpretaciones de los hechos, que quizás serían motivo para otro libro,sino algunos datos duros y documentados que considero erróneos en tu obra y que por lo tanto, a mientender, invalidan ciertas conclusiones centrales. Además muestran algunas intencionalidadessustentadas en falsear los hechos. También creo importante restituir al conocimiento públicoomisiones en las que incurrís, determinantes para el período analizado. Todo lector de tu libro pondrá en primer lugar de los responsables de situaciones negativasde la provincia a Daniel Vila, presidente de UNO Medios, si sigue con atención las veces que lonombrás y las actuaciones que le atribuís. La más importante es su participación en el proceso deprivatización de los bancos provinciales. Entre las páginas 48 y 134 –es decir, en cerca de un cuarto de la obra, sin tener en cuentael apéndice documental– insistís en siete oportunidades en vincularlo al proceso que culminó afines de 1996 con el traspaso de los bancos a través de su supuesta condición de accionista deMagna. En la página 110, por ejemplo, asegurás: "El grupo Magna-República que, como anticipé,estaba integrado por los empresarios mendocinos que habían constituido los socios privados de laAFJP Fecunda, más algunos que se habían agregado en los últimos meses, como Daniel Vila, enrepresentación del Grupo Uno...". En realidad, el ingreso de Daniel Vila a Magna como accionista minoritario con el 2% delsocio que tenía el 30% de las acciones se produjo recién en marzo de 1998, cuando el banco ya eraprivado. Quedan invalidadas así todas las múltiples maldades que le endilgás por su condición deaccionista en el proceso de privatización, por la sencilla razón de que es falsa. Una causa de peso por la cual no pertenecía a Magna era su notorio enfrentamiento con eldiario Los Andes y con Sigifredo Alonso, dueño de Canal 9, ambos sí integrantes de Magna y sociosdel banco privatizado y de Raúl Moneta. Es curioso, vale la pena decirlo, que en tu obra nuncaaparezca nombrado Sigifredo Alonso cuando aludís a Canal 9, sino un mero representante. La gran duda que me queda, por la gravedad del yerro y el daño que le hace a la credibilidaddel resto del libro dar por cierto algo que es falso, es si ha sido mera torpeza investigativa enla reconstrucción de lo sucedido o existe mala fe deliberada al hacer aparecer a alguien en hechosque le son ajenos. Llegás a decir que la presencia de todos los medios, incluidos los de Daniel Vila, te daba "tranquilidad" por lo fiscalizado que iba a estar el proceso privatizador. ¿Es verosímil semejanteanacronismo en un gobernador que llevó adelante temas tan cruciales?Quizás el elemento más paradójico y significativo es la denuncia de presuntas presiones porparte de los medios hacia vos, basada en esa falsa aseveración de que todos estaban asociados.Corría febrero de 1996 y atribuís a dos artículos aparecidos en Los Andes y UNO la intención deinfluir sobre tus conductas frente a la primera oferta por las entidades. El de Los Andes, sinfirma, insistía en que se aceptaran sin más los $4,2 millones de Magna-República por el Banco dePrevisión. El de UNO, firmado por el propio Daniel Vila, hacía un análisis sobre la situacióndesesperante de los bancos, que vos mismo confirmás, y denunciaba en dos tramos de su escrito loinsuficiente de la oferta de Magna-República. ¿Qué oferente iba a insistir sobre lo magro de supropio ofrecimiento? El diario Los Andes, en contraposición, decía: "El consorcio Magna-República(al que el diario pertenecía) es el único que garantiza que los fondos que se generen se reciclenen la región y movilicen la economía provincial". Son posiciones muy diferentes y entendibles, sise dice la verdad, algo que tu libro no hace. Sobre otras presuntas presiones mediáticas que planteás de los diarios y validás con unaanécdota de un integrante de Magna que las habría aceptado, es importante aclarar que sólo podíahacerlo en nombre de Los Andes, pues Diario UNO no tenía relación en esa etapa, como ya se havisto. Lo que pasa, si uno revisa las colecciones completas y no recorta sólo lo que le viene biena su propio argumento, es que los hechos denunciados en esa circunstancia por un tercero eranciertos. Los Andes sólo los publicó tímidamente en página 13, sin firma, y UNO los dio en tapa einformó ampliamente, con las firmas de dos importantes periodistas, uno de los cuales analizaba elcontexto de los hechos relatados. Al día siguiente salió una página en UNO con la conferencia deprensa que diste para avalar a tu ministra Ana María Mosso y las dudas de la oposición, mientrasque Los Andes no publicó una línea con tus dichos. ¿Te resulta familiar esa conducta? Nunca te heescuchado denunciarla con el mismo encono y ahínco que ponés contra lo que tenga que ver con lafamilia Vila. La pregunta que me hago entonces es: ¿cuánto del resto del libro tiene este nivel deimprecisión e intencionalidad? Por desgracia, presumo que mucho, y eso lo debilita de un modo casiinsalvable en su credibilidad. El segundo aspecto que merece una aclaración es que en tu descripción del proceso dedeterioro de los bancos incluís bajo el título "¿Morosos dolosos o víctimas de la usura?" lassituaciones de deudas más abultadas, tomando como fuente un libro periodístico publicado en Mendozaen 1995. Luego de cuatro casos que van a la cabeza en cuanto a montos, donde hay presos, quiebrasfraudulentas, etcétera, aparece el juicio de Comensa que atribuís a "Alfredo Vila y familia" enreferencia a lo que hoy es Dalvian. Ahí reclamás: "Rastrear esta lista con la historia de susintegrantes sería una buena investigación a realizar por nuestros académicos de CienciasEconómicas, Historia y Sociología, y una punta del ovillo para saber cómo somos y cómo nos hemoscomportado en relación con los controvertidos bancos oficiales de Mendoza y de Previsión". Para contribuir con esa encomiable tarea que proponés, te adelantaré algunos datos que vospodrías haber conseguido con facilidad, de habértelo propuesto. A diferencia de los otros casos quemarcás, el juicio de Dalvian no tuvo quiebras, ni presos, ni nada de eso, por varias razones. Enprimer lugar, siempre se discutió el monto a pagar en función de una deuda original deU$S2.000.000, que tras la devaluación de 1980 era difícil de calcular y se fijó en 1997 enU$S2.499.454,05, pero nunca el no pago. En segundo lugar, siempre la deuda tuvo como garantía realterrenos de Dalvian, lo cual –vos como abogado lo sabés– la hacía totalmente cobrable. Y en tercerlugar, y lo más importante, el monto fijado por la Justicia fue cancelado por Dalvian al día de hoyen su totalidad, según documentación que está a tu disposición. Pero cuando digo que podrías haber tenido los datos es a raíz de que los pagos se iniciaroncon un plan, tras la definición del litigio en 1997, durante tu gestión. ¿No te enteraste de esacircunstancia de un juicio que parece preocuparte mucho, aun siendo el gobernador?Por ahora, tenemos una falsa participación accionaria en un proceso de privatización de laque se derivan un rosario de consecuencias falsas y una deuda que se reputa "dolosa", que enrealidad está pagada. No es un buen comienzo para tu libro, porque muestra fallas que echan sombrassobre toda la obra. Pero sigamos. Basada en una denuncia a Los Andes de un señor Valencia decís que "(el fiscalde Estado en tu gestión, Aldo) Giordano benefició al grupo Vila cuando le tocó actuar por losproblemas legales que habían sobre terrenos del loteo Dalvian y la Universidad Nacional de Cuyo". Hubiera esperado que, como abogado, para hacer semejante aseveración consultaras elexpediente de ese juicio. Además de que, teniendo en cuenta tu afán institucionalista, quecomparto, deberías estar tranquilo pues, luego de dos fallos adversos para la UNCuyo en primerainstancia y en la Cámara Federal, el expediente está en la Corte Suprema nacional, que ya aceptótratarlo. Giordano acusó a Valencia por un viaje que consideró dudoso y unos viáticos mal rendidos, yvos diste públicamente en su momento tu apoyo a lo actuado por el fiscal de Estado. Claro, parazafar de dar explicaciones, como hacen muchos, qué mejor que ir a Los Andes y al Canal 9 ydenunciar que Alfredo Vila lo presionaba, como hizo Valencia. En las 40 páginas del fallo de laCámara Federal local, que podrías leer con mucho provecho, nunca aparece nombrado el señor Valenciay Catastro sale sólo dos veces, sin mayor importancia. Porque lo cierto es que, para una querelladel fuero federal, la actuación de ese organismo no es determinante. Lo que sí consta en el expediente es una medición hecha por el CRICYT, del que se dice que suaporte "constituye una labor técnica de jerarquía, que... permite entender las razones por lascuales se han suscitado criterios dispares en lo referente a la ubicación del inmueble en litigio,aporta los elementos de mayor rigor científico en la materia, y está precedido de un acabadodetalle y estudio de la totalidad de los planos y mensuras existentes en archivos oficiales, sobrela zona del inmueble y su región aledaña, con una expresa merituación del valor que asigna a cadadocumento". La medición de ese prestigioso ente oficial da la razón a la confeccionada por Dalvianen oposición a la de la UNCuyo, en la parte del conflicto que se refiere a mensuras, lo cualconstituye sólo una porción de la causa. ¿Pensás también que el CRICYT favorece los intereses de lafamilia Vila? Si estás dispuesto a afirmarlo, seguro que Los Andes y Sigifredo Alonso te darándifusión. Finalmente, creo que vale la pena ir a la liquidación del Banco Mendoza en 1999, donde conhonestidad intelectual aclarás que se trataba de una entidad privada y que no le dejó debiendo nadaa nadie. Aquí quiero citarte en la página 361, porque das por tierra con mucho prejuicio acumulado: "Estoy convencido de que con la privatización de los bancos oficiales Mendoza concluyó una historiade ineficiencia, privilegios y corrupción que no sólo no ayudó a nuestro crecimiento, sino que lopostergó, al menos en los últimos treinta años. Con el cierre del Banco de Mendoza SA perdimos unbanquito con mucho nombre y casi nada de trascendencia para el crecimiento de la provincia"."La reflexión final, que me cuesta entender, es por qué tantos y con tanta convicción sostienen lo contrario. He tratado con serenidad de entender a quienes afirman que la Provincia fuemuy perjudicada por la caída del Mendoza, y sólo he escuchado argumentaciones voluntaristas,altisonantes, carentes de toda lógica y sin sustento en algún dato cuantificable de la realidad". Creo, estimado Arturo, que mi ya larga parrafada es un inicio de respuesta a tu interrogantefinal. Para muestra, valga un botón. En la página 341 de tu libro ponés un recorte de Los Andes del17 de abril de 1999 donde se lee el título "Adiós a un símbolo" y, al lado de una foto de lasucursal de Gutiérrez y España del banco, dice: "La privatización del Mendoza le dejó a laProvincia un quebranto millonario". ¿Cómo se entiende, si Los Andes había sido socio? Es simple. Pero a tu libro le falta otrodato que vos conocés y omitís, agregando aún más demérito a su seriedad, aunque es crucial en elproceso de los bancos. En julio de 1997, Los Andes pasó a ser propiedad del grupo Clarín,archienemigo en ese entonces de Raúl Moneta, que quiso competirle a través del CEI en la era Menemy fue derrotado por las huestes del hoy célebre Héctor Magnetto. Pues bien, uno de los capítulos deesa pelea se dio en el Banco Mendoza. Se ve que lo has olvidado, porque atribuís a una publicaciónde Jorge Lanata la aceleración de la corrida bancaria local, lo cual se produjo en realidad por lapublicación de Los Andes, entonces ya controlado por el grupo Clarín. Por supuesto que el banco no se cayó sólo por eso, que contribuyó a precipitar el derrumbe,sino que fue un proceso con muchas causas. Para una vez más ir contra Daniel Vila, consignás a partir de la página 347 la teoría de LosAndes-Clarín de que el banco se cayó porque le había dado "autopréstamos" a sus accionistas. Ya aesa altura has reproducido el libro de Zlotogwiazda-Balaguer diciendo que "sobresalían los créditosconcedidos al grupo Vila-Manzano, que eran las principales deudoras por montos que superaban el 25%del patrimonio del banco". Como mínimo deberías haber aclarado, porque lo sabés, que el crédito aMendoza 21 y Jorge Stornell de $12.830.000 era dado a alguien que tenía el 2% del socio minoritariode Moneta, es decir, Magna, poseedora de apenas el 30% del total, con lo cual considerarlo "autopréstamo" es una exageración digna de periodistas que ya han llegado a las conclusiones antesde investigar, pero indignas de un ex gobernador y abogado. Además, como se desprende de lospropios datos que das de depósitos y por los bienes del banco, esos millones estaban muy lejos derepresentar un porcentaje cercano al 25% de su patrimonio y por lo tanto pesar para el desbarranco.Además que, recordemos, era un préstamo entre privados, que estaba monitoreado por la normativa delBanco Central y por sus funcionarios. Puntualizado esto, quizás haya llegado el momento de decirles a los mendocinos que unaentidad que devolvió todos sus depósitos y que no quedó debiendo nada a sus empleados yproveedores, además de que dejó dinero en la Justicia para afrontar deudas, nunca debería habercerrado por razones financieras. Lo hizo porque, merced a la acción de algunos interesados en quele fuera mal y a la torpeza de Raúl Moneta, había perdido el mayor patrimonio de un banco: laconfianza de los ahorristas. Vos lo decís con todas las letras en la página 357: "Los datos muestran que los empresariosno ganaron dinero con el cierre; por el contrario, perdieron". Lo cual entra en contradicción conotra sentencia tuya de la página 276, donde decís que te opusiste en el 2004 a la venta de accionesde Obras Sanitarias a "empresarios locales que eran socios de Moneta por cuanto éstos habíandefraudado la confianza que los mendocinos depositamos en ellos cuando les transferí las accionesde los ex bancos oficiales". Una demagogia barata y falsa. ¿Cómo se entiende que defraudaran laconfianza quienes vos mismo decís que pagaron todo y que perdieron plata justamente para no dejardebiendo a nadie en lo que caracterizás como un "banquito"?En la Argentina, los bancos que dieron realmente autopréstamos lo hicieron para que susdueños los vaciaran y desaparecieran, y los ahorristas nunca cobraran, algo que ocurrió en aqueltiempo con varias entidades del país, pero no con el Mendoza, que fue liquidado y nunca quebró,como se suele decir. Ahora, si devolvió todo, ¿por qué debió cerrar? Eso sí debería ser motivo deun estudio... serio y no malintencionado. Pero tengo para mí que se necesitaba un escándalo grande, con mucho Moneta, Vila, Manzano ycon cifras dadas con la imprecisión y la falta de veracidad de los Zlotogwiazda-Balaguer-LosAndes-Sigifredo Alonso-Valencia... Lafalla para esconder el desastre de la administración estatal,sobre la que podríamos discutir si no te corresponde una cuotaparte mucho mayor en la etapaBordón-Gabrielli de la que te autoatribuís en tu libro. Acá se dio aquella teoría que dice que para ocultar un elefante en la Peatonal el mejormétodo es largar una tropilla de elefantes por ese paseo. Y quizás valga otro apunte. Mientras Grupo UNO, cuyo dueño tenía el 2% del 30% de Magna,quedó con una deuda con un banco privado, que está al día de hoy cancelada, de casi $13 millones,aparece otra del Grupo Pescarmona de $53.434.000, lo cual muestra la estupidez de que la deuda erael 25% del patrimonio de la entidad, según dicen las fuentes que vos citás como veraces y a las quealimentaste con tus dichos falsos. ¿Por qué, si cuestionás tanto a Vila por su actuación en elproceso del Banco Mendoza, nunca decís nada de Pescarmona, que tenía una deuda casi cinco vecesmayor?Creo que con las puntualizaciones presentes deberías aclarar en la presentación del libro tusyerros, igual que en futuras ediciones. Quizás podrías escribir una nota para Los Andes y salir enCanal 9 para rectificar estos puntos. Aunque no creo que te publiquen nada, si ése es el motivo. En síntesis: Daniel Vila no intervino en la privatización de los bancos oficiales y por lotanto no influyó negativamente en ella como falsamente le atribuís en varios tramos del libro. Ladeuda de Dalvian con el banco estatal está cancelada al día de hoy en su totalidad. Las notas depresión que atribuís a Diario UNO nunca lo fueron, por las razones apuntadas. Giordano no tuvo modode favorecer a Alfredo Vila en el juicio de Dalvian, porque ese juicio es del fuero federal y laspruebas de importancia pasan muy lejos de la Fiscalía de Estado y de Catastro, estando a cargo deorganismos oficiales como el CRICYT. En cuanto a las omisiones, sería bueno que aludieras a la venta de Los Andes a Clarín y a laactuación interesada en todo lo que ha publicado ese diario desde aquel entonces hasta hoy, aligual que sucede con los medios de Sigifredo Alonso, el otro socio de Moneta, al que vos preferísno nombrar. Para mi decepción, son todos datos muy obvios como para que un libro que pretende ser seriolos haya tergiversado u omitido. Por desgracia, más allá del valor documental de tu testimonio, y retribuyendo tu dedicatoriade "con afecto y respeto a pesar de los desencuentros", no puedo dejar de decirte que creo que tuobra nació fallada, herida de muerte, por sus flagrantes errores y sus sugestivas omisiones.