La clave del éxito evolutivo reside en la capacidad de fabricar utensilios. Nuevos hallazgos apuntan a que sus inventores fueron homínidos más primitivos que Homo Sapiens.

Los australopitecos pudieron fabricar las primeras herramientas

Por UNO

Durante décadas, la fabricación y el uso de herramientas se atribuyó a una habilidad exclusiva del linaje humano. Tal creencia se forjó en la garganta de Olduvai (Tanzania), donde entre 1935 y 1959 Louis y Mary Leakey -un matrimonio de prehistoriadores británicos- hallaron los utensilios líticos más antiguos conocidos hasta entonces.

Eran simples lascas extraídas de la roca, que los Leakey englo­baron en la categoría de industria olduvayense.

A falta en aquel momento de restos fósiles anatómicos, sus artesanos debían de ser, según pensaban, hombres muy primitivos.

Finalmente, en 1959 Mary Leakey halló un cráneo de hominino al que clasificaron como OH 5. Hay que recordar que se llama homininos a los homínidos que caminan erguidos, es decir todos las especies del género Homo, como nosotros, y algunos de nuestros ancestros de locomoción bípeda, como los parántropos y los australopitecos.

El ejemplar en cuestión no tenía aspecto humano: resultó ser un Paranthropus boisei, especie de hace 1,8 millones de años caracterizada por sus enormes dientes molares, el rostro plano con pómulos muy anchos y capacidad craneal de 530 cm3 (cc).

Que un ser tan arcaico fuera el fabricante de las herramientas olduvayenses desconcertó a los Leakey, quienes consideraban a los parántropos y australopitecos linajes evolutivos ajenos a los humanos. Pero al año siguiente encontraron restos de otro hominino -el OH 7- con parietales más grandes y mandíbula y dientes distintos a los de los australopitecos conocidos. Su edad era como la del parántropo, esto es, 1,8 millones de años, pero el cráneo era mayor: 674 cc.

Esto bastó para que los Leakey y su equipo se olvidaran de OH 5 y propusieran en 1964 una nueva especie humana extinta: Homo habilis.

Había dos razones básicas para considerar a OH 7 como Homo: su encéfalo superior al de australopitecos y parántropos y su capacidad de fabricar herramientas. Homo habilis se erigía así en nuestro antepasado remoto, pues para Leakey el concepto de ser humano estaba ligado a una capacidad cerebral que estimó por encima de los 600 cc. Homininos con menos encéfalo -y por tanto una inteligencia menor- no podían crear algo tan sofisticado como la industria olduvayense.

La factura humana de los útiles líticos se vio apoyada por nuevos hallazgos hechos en los setenta por el equipo de Richard Leakey -hijo de Louis y Mary- en Koobi Fora, en la orilla este del lago Turkana (Kenia).

En 1972, uno de sus colaboradores, Bernard Ngeneo encontró un cráneo fósil bastante completo: el KNM-ER 1470. Tenía 700 cc y parecía pertenecer a un humano arcaico de hace 2,9 millones de años capaz de fabricar útiles. Pero en los ochenta, un estudio más completo del cráneo, que sirvió para nombrar a una nueva especie -Homo rudolfensis, coloquialmente Rudy-, fijó su edad en 1,9 millones de años.

Sin embargo, en años posteriores, la búsqueda de más restos humanos y líricos en varios lugares de África ha servido para confirmar que la fabricación de herramientas empezó mucho antes de lo que se pensaba.

Quizá el primer tallado de útiles líticos por parte de los homininos del Plioceno fuera un proceso natural a partir de conductas preexistentes de golpeo con rocas, y no una búsqueda directa de lascas con bordes cortantes. En todo caso, podemos concluir que el espécimen que inventó las herramientas fue un australopitecino: quizá un Australopithecus afarensis, un Kenyanthropus platyops o quién sabe. Antes de la aparición de los humanos, nuestros ancestros ya sabían fabricarlas y usarlas para la vida diaria.

Fuente: Muy Interesante