Durante una entrevista en el programa Intratables, por canal América, la vicepresidenta de la Nación, Gabriela Michetti, anticipó que el gobierno nacional vetará la ley que modifica el impuesto a las Ganancias si es que esta sale del Senado tal como se votó el martes en la Cámara de Diputados. En este sentido se preguntó "¿de dónde sacaríamos la plata?". Fue entonces que el conductor Pablo Vilouta le preguntó a Michetti si no sería muy antipopular vetar la ley. A lo que ella respondió que "antes que nada" ella y su jefe tienen "la responsabilidad de gobernar bien", y que "gobernar bien implica que a veces vos tomás medidas que no son populares".

La definición de un buen gobierno expresada por la vicepresidenta deja en claro para quién gobiernan. En la cosmovisión de Cambiemos, un buen gobierno es aquel que beneficia a los sectores ricos y dominantes, en detrimento de la clase popular y la (ficticia) clase media.

Es evidente que Macri y su equipo no demuestran preocupación por el descontento social que esto generará, ni el altísimo costo político que implicará. Da la impresión de que tienen perspectiva de un gobierno corto, por lo cual no tienen interés en construir consenso. Tampoco les genera prurito actuar contrariamente a sus propuestas de campaña, defraudando a todos los votantes que creyeron que el cambio que les prometieron resultaría beneficioso.

Es que Cambiemos arroja la piedra y salta de retiro espiritual en retiro espiritual; y de allí se refugia en Miami, desde donde arroja dardos con muy poco tino, como el que lanzó la diputada Elisa Carrió, sugiriendo que en la Cámara de Diputados hubo una "maniobra" del massismo y el PJ. "En las reuniones que tuve con empresarios e inversores me han expresado que les ha caído muy mal la maniobra de Massa y el PJ en la Cámara de Diputados con el tema de Ganancias", dijo, y añadió: "Hubo una fiesta demagógica y dejaron un Estado ineficiente", dando a entender así que de ahora en más el pueblo deberá sacrificarse. Ese será el costo que pagarán los trabajadores por haberse sumado a la orgía de la Asignación Universal por Hijo, de retenciones a los sectores agroexportadores y de pulseadas contra los fondos buitres, entre otras medidas obscenas. En los dichos de Carrió resuenan las palabras de Javier González Fraga, economista adalid del proyecto económico de Mauricio Macri, quien responsabilizó al kirchnerismo de alentar el sobreconsumo, atrasar tarifas y el tipo de cambio. "Le hiciste creer a un empleado medio que su sueldo servía para comprar celulares, plasmas, autos, motos e irse al exterior", acusó, exponiendo los pecados a los que estuvo expuesto el trabajador promedio.

Volviendo a la ley que modificaría el impuesto a las Ganancias, cabe recordar que el "pecaminoso" proyecto de reforma consensuado entre diferentes bloques opositores presenta una serie de modificaciones, entre las que se incluye la actualización automática de las escalas, la vuelta de las retenciones a la minería, además de gravar, en determinados casos la renta financiera y los juegos de azar. Pero darle vía libre a estas medidas populistas, para Cambiemos sería síntoma de mal gobierno. De demagogia. Para cerrar, es atinada una frase que el senador Fernando Pino Solanas dijo al respecto de la promesa de veto por parte del gobierno nacional: "Es un momento muy delicado, creo que el Presidente tendría que tomarse no una aspirina, una caja de aspirinas, porque la aspirina es muy buena para prevenir el infarto y el infarto social es muy complicado".

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