De ser condenado Gómez, arriesga la pena de prisión perpetua. El acusado del horrendo crimen fue detenido en Rodeo de la Cruz, de Guaymallén, luego de que sus huellas digitales se encontraron dentro de la casa de la víctima, más precisamente en un vaso. Tras un allanamiento realizado después del crimen –cometido a en julio del 2012– en la casa de la víctima en Guaymallén, apareció el celular de Tur, que había desaparecido desde ese entonces y fue encontrado en poder de una mujer que nada tenía que ver con el hecho, ya que según su declaración se lo había vendido una vecina. La mujer aportó datos que le posibilitaron a la Justicia llegar hasta quien que se lo había vendido y esta persona quedó imputada por encubrimiento. Ante la fiscalía ella dio el apodo del hombre que, a su vez, le había vendido el aparato, lo cual posibilitó el arresto de Carlos Alfredo Gómez.